Suceden
- artemiscontemporan
- Jan 14, 2018
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Le miré directa a los ojos, fría y profundamente. Sin parpadear, ya que mis ojos estaban húmedos por unas lágrimas que pedían salir a gritos.
Me quité, a pesar del frío, mi jersey blanco. Quedé sin ropa. Me acerqué y él se la dejó quitar sin palabras.
Pegué mi pecho contra el suyo. Sentía su cuerpo latir y respirar fuerte.
Y ahí nos quedamos.
Quería saber si seguíamos con vida, si de verdad esto no era una pesadilla de la que me despertaré mas tarde. Suelo tener unos sueños muy reales y a veces me cuesta entender esta matrix.
Estábamos sentados en el sofá y cada vez él iba venciéndose más hacia el asiento. Al pasar no sé cuantos minutos estaba completamente acostado y yo, con mi torso y brazos encima suya.
Sé que estarás pensando, lectora o lector, que él y yo somos pareja. Que estamos en una relación cerrada. Que ambos somos cisgénero, heterosexuales, blancos y perfectos. Que nos queremos a muerte y solo estamos pasando un rato existencial en un sofá desconocido en una habitación perdida.
Lo sé y quiero que te des cuenta de ello. Quiero que te des cuenta hasta qué punto idealizamos y asumimos que lo perfecto, o lo que es normal, se desarrolla en nuestras cabezas.
Y si resulta que no has pensado eso mientras leías, te congratulo. Mi más sincera enhorabuena de verdad.
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